En cada suspiro guardo un anhelo.
En cada lágrima, un recuerdo.
Pienso mil veces... y nunca acierto.
¿Cómo conseguir detener el tiempo?
Me convertiste en tu preso,
condenaste a mi corazón a vivir sin ti en un mundo eterno.
Pierdo, mil veces caigo de nuevo.
Vuelvo a empezar,
no sé cómo volver al juego de tus besos.
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