jueves, 8 de septiembre de 2011

Todo a cambiado, nada sigue igual.

Condenada. Ni ha comenzado la rutina y ya me siento incapaz de respirar. Agobio, siento agobio. No puedo más. Un verano entero, viviendo la vida, disfrutando cada minuto, sufriendo algunos segundos, aprovechando las horas. Siento que ya no me miran igual, a cada parte donde voy con ellos me siento observada, me siento inferior. ¿Qué les he hecho yo? No lo entiendo, que alguien me lo explique. ¿Es que mi lugar ya no está aquí? Me niego a abandonar la vida que construí. Pero, ¿ya no me necesitan? Mas bien al contrario, me echan de más, sobro. Todavía no soy capaz de entender qué es lo que ha pasado, pero nada sigue igual.

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Muchos recorrieron el camino, pocos llegaron a su lugar.



Se le llama trastorno de personalidad

A veces, probamos cosas nuevas en nuestra vida. Queremos más de lo que nos pueden dar. Incluso, existen ideas alocadas que pasean por la mente, y luchan contra la razón. Llega un momento de la vida en el que no sabemos cómo reconocernos, ves el reflejo de alguien desconocido, asustado. A veces, no descubrirnos a nosotros mismos nos lleva a cometer verdaderas locuras...



martes, 6 de septiembre de 2011

Harta#

Harta. Harta del ritmo de la vida. Harta de las idas y venidas, de los saludos y las despedidas, de las pérdidas de control, de los versos mal hechos. De las palabras mal sonantes, de las estrofas mal rimadas, de las almas sin dueño, de las miradas que matan, de la velocidad del mundo, de caminar horas y horas sin encontrar respuesta alguna. Harta, de que todo el mundo piense y critique lo que soy, de que me subestimen, de que quieran convertirme en un maniquí social, de que piensen que me pueden manejar y modelar a su manera, de que traten de enjaular mi libertad, de que quieran dejarme sin respirar, de que a veces tengas ganas de matarme, de callarme. Harta de que quieran que cambie, pero después se echen atrás, de que se contradigan, de sentirme mal por ellos, de dividir las penas para que después te echen de una patada de sus vidas, de que nadie pronuncie un "gracias". Harta de todo, hasta de respirar.

domingo, 4 de septiembre de 2011

No busco que los demás dependan de mí.

Esta vez no seré yo la que pague con las consecuencias de los demás. Si buscan enamorarse, que encuentren a otra persona. Yo ya tengo mi hueco hecho, mi vida pensada y mis sueños creciendo. Yo no quiero tener a miles de pretendientes atrás, esperando a que uno me deje caer para aprovechar la situación. No, yo lo que quiero es mantener el amor que le tengo a la persona con la que quiero estar. Y sin quererlo, ya rompí demasiados corazones, ya deshice demasiadas ilusiones. No quiero seguir siendo la reina de mil mundos, la princesa de mil sueños. 

sábado, 3 de septiembre de 2011

El poema de la lluvia triste

Cómo explicarte de nuevo que hoy las gotas de lluvia caen más despacio, torturando mi pensamiento, condenando mi alma a vivir en un mundo gris. Que sin ti, amor, parece que me sale todo mal. Cómo decirte que la voz no es tan clara, y mi cuerpo parece enfermo de tanto amor. Que no podré respirar agusto hasta que tú regreses. Que me mata la idea de que podrías ver en los ojos de otra, más felicidad, y tu reflejo más nítido, que en mis ardientes ojos color coca cola.

No sé hablar de nada que no sea de él

Cuando la corona de la reina caiga, y mi vieja caja de música deje de sonar, habrá un sueño perdido, despertaré con los ojos bien abiertos. De momento, ya cayó la última gota que colmó este vaso de paciencia, no sé cómo puedo soportarlo más. No sé cómo aún puedo alimentar mis sueños de su recuerdo, hace tanto que se fue...
Me enferma tener que reconocer que todavía tienes algo de mí.

jueves, 1 de septiembre de 2011

manzanas prohibidas, o no tan prohibidas ;)

Me enamoré. No puedo explicar el motivo, no puedo decir por qué. Simplemente, me enamoré. Justo en aquel momento en el que mi mirada se clavaba fijamente en ese mar verdoso que forman sus ojos, tan hipnotizante, que parece mentira que nadie se hubiera fijado antes así en él. Aún no puedo comprender la suerte que tuve al conocerle. Apostaría por decir que el destino jugó al azar y tocó esa casualidad. ¿Coincidencia? No lo creo. Pienso que ya estaba escrito, que nuestros caminos acabarían uniéndose para formar uno, único, y más fuerte. Desde entonces parece mentira que haya sido capaz de sobrevivir estos meses separada de su lado. Supongo que mi razón se aferra a la solución de que le podré tener una vez se quede aquí. De momento, pasan las horas, los minutos, los segundos,... y yo sigo pensando que todavía me queda algo de su mirada, algo de sus besos, algo de sus abrazos. Todavía me quedan recuerdos, y ojalá esto solo sea el principio de una gran historia.
Es complicado hacer que los demás apoyen una relación que comenzó al poco tiempo de conocernos. Incluso es complicado entender cómo pude caer en tal tentación. Pero juro, que aunque fue una locura por mi parte darle todo a una persona desconocida, no me arrepiento de la decisión que tomé en su momento. No me arrepiento de haber actuado sin pensar en las consecuencias. Si pudiera retroceder, volvería a caer en su juego.