jueves, 8 de septiembre de 2011
Todo a cambiado, nada sigue igual.
Condenada. Ni ha comenzado la rutina y ya me siento incapaz de respirar. Agobio, siento agobio. No puedo más. Un verano entero, viviendo la vida, disfrutando cada minuto, sufriendo algunos segundos, aprovechando las horas. Siento que ya no me miran igual, a cada parte donde voy con ellos me siento observada, me siento inferior. ¿Qué les he hecho yo? No lo entiendo, que alguien me lo explique. ¿Es que mi lugar ya no está aquí? Me niego a abandonar la vida que construí. Pero, ¿ya no me necesitan? Mas bien al contrario, me echan de más, sobro. Todavía no soy capaz de entender qué es lo que ha pasado, pero nada sigue igual.
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