viernes, 4 de noviembre de 2011

Los pequeños placeres de la vida me hacen feliz.

Futuro. Tiempo aún por llegar. Marca nuestro camino, sabe dónde estaremos dentro de unos cuantos años. Lo sabe todo. Con quién te casarás, con quién serás feliz, las veces que te quedan por llorar, las veces que tropezarás con la misma piedra,... Si pudiese saber mi futuro, todo sería más fácil. Tal vez no perdería el tiempo con personas que no estarán a mi lado, a lo mejor no querría tanto a los que ahora mismo me importan.
Pero, puesto que todos somos carne de cañón, somos lo que hacemos, lo que vivimos, estamos creados a base de experiencias vividas, y nadie puede deducir el futuro de nadie, me conformaré con vivir a mi manera, buscando diferentes satisfacciones que me hagan ver que la vida se hace demasiado corta. Querré como nunca he querido a las personas que me ayudan, tropezaré las veces que haga falta en el camino, pero, por muchas lágrimas que derrame, tendré el gusto de saber que mi vida la vivo a mi manera, a mi compás, a mi ritmo, con mi misma indiferencia, disfrutando los pequeños placeres de la vida, pues son los que más feliz me hacen.

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