sábado, 11 de febrero de 2012

Yo, mí, me, conmigo.

Si modificásemos los pequeños detalles de la vida, no tendrían el mismo valor. Las cosas simples son las más complejas, y también las que más nos hacen disfrutar. El sobrepasar límites, cansa; el excederse, mata. Existen los polos opuestos. Pero para llegar al negro desde el blanco, primero hay que pasar por un gris. Si no hubiera ying, no existiría el yang. Sin bien, no habría mal. Tú solo eres por mí, yo solo soy contigo.

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