Aquí estoy, una vez más engañándome contigo. Pensando que tratas de darme todo lo que puedes cuando en verdad no haces ni el mínimo esfuerzo, y salvándote, poniéndome excusas a mí misma porque no quiero hacerme a la idea de que en realidad te da igual todo. Siento si me estoy equivocando, pero es todo lo que das a entender. Yo como siempre tan ilusionada, tan imbécil al creer que te importa.
Pero a partir de ahora cambiaré. Enterraré todos esos despojos, controlaré mi preocupación. No seré más la que esté detrás tuya siempre, la que se interese en saber cómo estás, no seré más tu perro faldero.
A partir de ahora, me comportaré al igual que lo haces tú.
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