Echo de menos aquellas tardes, en las que pasábamos tiempo juntos y buscábamos la manera de deshacernos de todo el mundo. Cuando las lágrimas significaban alegría y no pena. Cuando valoraba más todo aquello que a mi propia vida. Cuando no importaba el cuándo y el dónde, solo el quién...
Ahora no me sale esperarte. Mi boca no pronuncia otra frase que no sea "te echo de menos", y todo esto al aire, pues aún no te tengo conmigo.
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