Rota, en piezas esparcidas por el suelo. Derramada, como aquella coca cola que se te escapó de las manos al saber mi respuesta aquella tarde. Y sí, te dije que no quería volver a verte, que no quería seguir formando parte de tu vida, parte de ti. Porque lo único que has hecho es envenenar mis tardes con tus mentiras, has alimentado mi ego y has hecho renacer a mi odio.
Y luego preguntas: "¿Por qué?, ¿qué he hecho yo para merecer esto?
Pues bien, lo has hecho todo y has hecho nada. Tú solo te ganaste el papel de protagonista en mi mundo paralelo, allí donde envío directamente a la gente en la que no quiero pensar, a la que no quiero volver a ver.
Y aún así, debo tener el coraje de mirarte a la cara. Porque sigues incordiando en mi rutina. Ya no tanto como antes, pero tu presencia ya hace que quiera salir corriendo.
Al igual que hace tiempo, te echo de más.
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