lunes, 12 de noviembre de 2012

Te diste cuenta de tu error. Tarde.

Odio. Es la única balada que puedo dedicarte últimamente. Por todo. Porque prometiste no olvidarte de mí, y es lo primero que hiciste.
Porque aun así sigues mencionando mi nombre, sigues echándome en falta en alguna parte de ti. Pero no tienes el valor de volver hacia atrás y recogerme, después de haberme dejado sentada en este banco, al frío del otoño, rodeada de soledad.
¿Sabes? Me tomaste como un problema, siendo la solución. Y cuando más cerca me tenías, antes te obligaste a perderme. Ahora en silencio sueles extrañarme. Yo antes lo hacía todos los días de mi vida.
Siento decirte que cada día te rechazo más. Y no sé muy bien por qué. Creo que cavaste tu propia tumba en mi vida. Ya no tienes espacio suficiente en este saco de soluciones.
Es extraño, que de un día para otro, el amor se convierta en odio. Pero así es la vida, y aquí está la prueba.


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