Es increíble esta inocencia. Es increíble mirar hacia atrás, todas las risas, alegrías, lágrimas, todo ese dolor que has sufrido. Y cuando pensabas que seguirías ese camino sola, resignada a no tener ayuda de nadie, de repente aparecen un montón de amigos que caminan contigo, se niegan a dejarte, se niegan a verte caer. Les vas cogiendo cariño, poco a poco, día a día. Pero es solo eso, cariño. Y un día te despiertas, sin saber que tu vida cambiará en esa misma tarde, cuando conoces a la persona que quieres. Entra en tu vida y lo cambia absolutamente todo. Piensas, y te das cuenta de la cantidad de gente a quien le importas.
Pasas de pensar que no tenías nada, a darte cuenta de que ellos siempre estuvieron allí. Intentando animarte, tratando de hacerte reír en cualquier momento. Pero desgraciadamente la vida nos ciega, los problemas nos envuelven y te sientes sola. Acostumbrada antes a la soledad, y ahora no me atrevo a separarme de ellos ni un segundo.
Pero, es difícil, mostrar todo lo que siento. Hasta un abrazo parece un mundo para mí. No lo niego, me muero por poder demostrarles todo, necesito desentonar de la rutina. Aunque no me gusta que se preocupen por mí, ni soy una persona que está constantemente pidiendo ayuda, ahora si que la necesito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario