Escríbelo en el cielo si quieres. Grítalo hasta que no puedas más. Diles que fui tu muñeca, que sin ti no podía vivir, y que ahora que te has ido mi vida ya no tiene solución. Diles que tú eras mi aire para respirar. Presume si quieres, pero ahora que estoy acabada, te digo que mi vida sigue teniendo sentido.
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