El águila herida
al azul sereno voló
Nunca supo volver,
al lugar del que llegó.
Perdida, sin causa ni medida
buscaba un conselo
no supo defenderse de la víbora
y de su veneno.
Ahora ya no le quedan fuerzas para nada más
tan solo de hacerse a la idea
que jamás volverá a surcar el mar.
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