Te extrañaré, incluso aunque no te hayas ido.

Puedo cantar hasta que se me salga el alma por la boca. Y ponerle a una canción todo el empeño y el sentimiento que provoca, para conseguir así, evadirme de este mundo. Pero piensa, que cuando canto es porque trato de espantar las penas y puede que se me escape alguna lágrima en el camino. Si consigo alimentar mi memoria de tu recuerdo puede que no consiga cantar, ya que solo me dedicaré a extrañarte.