jueves, 30 de agosto de 2012
Alguien a quien yo solía conocer, nada más.
Se colmaron mis ojos de silencio. Las lágrimas ya no madrugaban tan a menudo. No había nadie con quien hablar. Éramos distintos, imposibles, pero aun así nos queríamos. Nunca has sabido todo lo que has llegado a ser, porque nunca es suficiente. Si te apetece dar la vuelta para adivinarlo, seré yo la que cierre esta vez la puerta. Y será la primera vez que lo haga, sí, pero no creas que me temblarán las piernas al hacerlo. Que no significó nada, puesto que tú no quisiste que fuera así. Ahora no te sientas áspero e inseguro si me ves por la calle y hago como si no hubiese sucedido nada entre nosotros. Solo eres alguien a quien yo solía conocer.
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