Por eso, y por mucho más, he decidido mandarlo todo al diablo y preocuparme en lo que de verdad me importa.
Fuera distracciones, fuera gilipolleces, fuera comidas de coco estúpidas, fuera tomaduras de pelo.
Ahora sique voy a ser yo la que tome los hilos de mi vida, y ésta vez, no dejaré que nadie la diriga, nadie más que yo.
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