sábado, 5 de febrero de 2011

vagando por el ring del dolor...

He perdido una y mil veces. Porque cada vez que sonaba
la campana y saltaba al ring, la vida me golpeaba con una
mano y se protegía con la otra, y yo, como una principiante absurda,
me quedaba parada, sangrando lágrimas de dolor por los ojos, escupiendo
tristeza por la boca, y cayéndome al suelo muerta de asco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario