Siento rabia, y prepotencia, mucha prepotencia. El odio fluye por mis venas
y deja un sabor amargo en mi corazón. Ahora mismo, si tuviese a alguien delante,
en cuestión de milésimas de segundo le haría puré.
Ya no sé si tomarme las cosas con indiferencia, o simplemente, no tomarlas.
No distingo entre fantasía (o mejor dicho, pesadilla) y realidad. Porque mi
vida es una sucesión de momentos trágicos, momentos de los que cambiarías
360º si volvieses hacia atrás.
15 años: Edad y momento de equivocarse. Pero, ¿dar un traspiés tras otro?, ¿pero
esto qué es?. Si yo quisiese golpes entonces me apuntaría al king boxing. ¿Es que
en esta vida es normal tropezar 20.000 veces con la misma piedra?
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