Ayer probé el dulce sabor de la amargura. Era tan extraño su sabor que me lancé a exprimirla en niveles excesivos. Me atreví a romper un camino solo por su bien, a una loca como yo no habrá quien la soporte. Fui feliz, y a la vez, rompí esta felicidad en pedazos.
A veces la locura me lleva a desvariar, a veces, me hace morir y resucitar.
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