Crecer, madurar.
Construir nuestra propia estructura, sólida, de forma ascendente y que nunca se tambalee. Conseguiremos sobrepasar los límites y asombrarnos por nosotros mismos. Llegaremos donde nunca habíamos imaginado y por fin seremos aquellos que siempre hemos soñado. Viviremos, por fin, nuestra propia historia.
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