El mundo del juego siempre ha venido acompañado de trampas. Yo a esto no lo llamaría trampa, sino una estrategia de la vida. Punto de partida en el que existen varias respuestas a una única pregunta.
Esas respuestas toman forma porque sí, porque así es la vida. Si todo fuera tan simple, jugar no resultaría divertido y satisfactorio. Y mucho menos apostar, porque, ¿para qué arriesgar, si sabes de antemano la respuesta a tu pregunta?
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